La excepcional importancia que los movimientos anarquistas y la experiencia de autogestión de comunidades defensoras de este pensamiento tienen para la historia de Andalucía, quedó patente en el Encuentro de Voces del Extremo, Moguer 2010. Cuatro días de poesía y compromiso con la libertad absoluta, regida tan sólo por el respeto mutuo, en los que más de una treintena de poetas se dieron cita para compartir sus creaciones, intercambiar ideas y opiniones, además de disfrutar de la cultura y gastronomía onubense.
Puede uno compartir o no los principios ideológicos que daban título al encuentro, Poesía y Anarquismo. Pero estas dudas fueron disipadas por uno de los organizadores, Antonio Orihuela, quien defendió la vigencia del pensamiento que nos era común; la cultura libre y autogestionada sin censuras ni prejuicios.
La cultura ciertamente necesita, en estos tiempos de excesivo proteccionismo público, por no llamarlo intervencionismo galopante, una ruptura de las cadenas que le atan a las instituciones públicas o a los poderes de otra índole. Es demasiado común ver como también la creación se convierte en una fábrica de modas, de productos comerciales, o se usa al gusto político de quien corresponde.

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