domingo, 7 de noviembre de 2010

A los ojos de... Andrés Delgado






En casi todas las composiciones que has creado, salvo en alguna serie, la negritud, la oscuridad, la sombra es un ente más allá de lo matérico que, en algunos casos, es capaz de devorarlo todo. Por ende, los paisajes que creas, que configuras desde tu propia óptica rompiendo las dimensiones en un redefinido plano, son de tonalidades claras, lumínicos, cargados de variantes tonales.  ¿A qué se enfrenta Andrés en sus cuadros? ¿Qué lucha vital o personal busca expresar en un paisaje camino del caos?


El paisaje en sí, no va camino del caos. Todo lo contrario. Se va construyendo poco a poco. Los negros que percibimos en algunos de mis cuadros son el principio, el primer plano de la vista. No quiere anular el resto de la imagen, sino resaltar el resto de la obra, posicionar al espectador y darle vida al resto de tonalidades.

No es una negación, es una posición. Cuando el negro desaparece hay ya distancia en el resto de planos de la obra. Es una forma de enmarcar y delimitar la amplitud del paisaje. Un reducto de descanso, antes de absorber el resto de colores.

En mis cuadros anteriores (años 80) el negro es un único plano, una única estructura de cuestionamiento y reflexión personal. No pretendo un espacio ni tan siquiera una realidad, sino más bien una búsqueda continuada. Una fórmula que no pretende respuestas.



*Foto de Cabecera extraída de una instantánea realizada por Alexis W.

*Foto de la obra Donde Habita el paisaje, 36

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