miércoles, 8 de diciembre de 2010

La Nueva Carne






Exposición orgarnizada por el colectivo "Tres en Suma". Inauguración el próximo viernes 10 de diciembre en el estudio de Andrés delgado (Calle San Millán, 2, 2º A)

Así se titula la presente propuesta expositiva y también el libro que la inspira. Una edición de ensayos críticos sobre esa corriente estética y artística que se nutre de la perversión del cuerpo, reflejando una particular adoración por la belleza enunciada en las pústulas, heridas, cuerpos abiertos o el sexo violento. En él se trabajan referencias de conocidos artistas como H.R. Giger, Joel-Peter Witkin o Charles Burns.

Si bien este es el germen del trabajo del artista canario Raul Rodríguez, la obra La Nueva Carne acompaña en el recorrido que una mujer realiza hasta convertirse en una Drag King, o quizás, de un perfil masculino de carácter machista estereotipado, al equilibrio y serenidad de la mirada de una joven. Una forzada mutación, casi en los extremos físicos y de caracteres, que se pueden leer en ambos retratos finales.

La experiencia en el mundo del cine del autor se ve nuevamente en la composición secuencial de sus obras. Entiende las mismas como una totalidad, como un proceso que puede y debe ser un viaje del espectador hasta la plenitud de la idea que ejecuta. Sin imágenes prefijadas sobre el resultado final de la obra, Raul Rodríguez se viste del cuerpo que fotografía, y ve tras sus ojos, recogiendo fotograma a fotograma,  la libre transición de la modelo hasta ser parte de esa nueva carne: un cuerpo conformado por apósitos, rellenos e injertos, que se convierten, sin lugar a dudas, en una prolongación de sí, en parte de esa figura que anhela a la vez que detesta.

Fermín Domínguez, en un genial texto de reflexión sobre la idea de la muestra,  afirma lo único que resulta del continuo experimento de contrariedades que soy es que, dentro de mí estoy yo y mi opósito”. Para cualquiera que realice un mínimo análisis de sí mismo, es sencillo encontrar como parte de su esencia, la figura que lo contraría, que lo define en la negación de él, en su opacidad. Estamos siempre en una huía quizás, o en un eterno retorno, que va del día a la noche, de la verdad a lo falso, del encuentro al desencuentro con quien se puede ser o no se es del mismo modo.

La fuerza que la contradicción genera al usar el verbo ser, nos trae quizás a estas líneas la propia lucha del artista con la presente serie fotográfica. Inicia su pensamiento en una obra que referencia secuencias tan grotescas como las del director David Cronenberg, pero si bien es eso lo que le llama a trabajar, él mismo se niega, se transmuta en parte activa de sí, y convierte este pensamiento en un equilibrado proyecto de fotografías limpias, de luces claras y piel descansada. No violenta al espectador, ni tampoco le ataca visceralmente. Le llama y cautiva con unos primeros planos casi lineales, con tan sólo un plano sobre un fondo lumínico, y le da lecturas posibles para este desarrollo de perfiles.

La Nueva Carne,  impresa o tatuada en estas fotografías, nos obliga a la duda, al desconcierto, al descubrimiento del motor de esa mirada, de ese cuerpo que se obliga a ser o parecer, en la observación capturada de Raul Rodríguez.

1 comentario:

  1. Muchas gracias Luis, me ha encantado la forma que has tenido de contar y describir la serie fotográfica, genial.
    un abrazo.
    Raúl

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