domingo, 5 de junio de 2011

A los ojos de ... Ya lo dijo Casimiro Parker






Si el mundo de la edición es un infierno complejo de sobrevivir, parece que publicar poesía es un suicidio empresarial. Aun así hay verdaderos ejemplos de valentía como el de la editorial Ya lo dijo Casimiro Parker que, tras unos números en formato físico de gran calidad y entendiendo perfectamente las necesidades de diseño y atractivo de la maquetación moderna, continúan trabajando en una misma línea editorial singular y ejemplar, a pesar de la broma de la que muchos fuimos víctimas cuando afirmaron que dejarían de publicar en papel y se introducirían en el mundo digital.

Aprovechando esa broma ¿Entiende el asiduo a la poesía la lectura en formato electrónico? ¿O le falta “madurez tecnológica”? Y el mercado editorial ¿Admite ya ese formato?

A nosotros nos encanta el papel, creemos que es una herramienta que transmite y que aporta valores que van mucho más lejos de la estética o comodidades/incomodidades para su lectura. Creemos que es necesario que las editoriales que cuidan sus libros, que los miman y que disfrutan creando nuevos formatos lo sigan haciendo. Pero no debe ser el único método de lectura, y creemos que nuestros lectores se merecen que evolucionemos junto al mercado. Algún día se podrán leer los libros de YLDCP en un libro electrónico, pero todavía no sabemos muy bien como y cuando. Es un paso que debemos dar en firme, sin errores, sin dudas, y esto es algo complicado en un sector en creación. En cualquier caso, quiero pensar que los lectores de poesía tienen el mismo amor al libro como lo tenemos nosotros, por eso nos vamos tomando nuestro tiempo.

Hace pocas semanas hemos abierto una colección de libre-libros, una especie de librobjeto que son imposibles de llevarlos al libro electrónico. El formato digital sirve para que los editores nos veamos obligados a complicarnos la vida un poco más, que suba el nivel de exigencia es mejor para todos.

Y adentrándonos más en su proyecto, además de ser los primeros en entender que el formato de libro para poesía debía ser distinto al de otras obras literarias, me refiero a las dimensiones cuadradas de sus volúmenes, han buscado un atractivo poco habitual en esa “hermana pobre de la literatura” y se han fijado quizás en una línea “gamberra” de los versos.

Desde el principio hemos asumido riesgos (desde la distribución alternativa hasta el diseño del libro, pasando por un montón de decisiones que tenemos que tomar a diario). Creo que hay un público al que le encanta la poesía y que aprecia que rompamos con los cánones establecidos.

Las dimensiones casi-cuadradas de nuestros libros están muy pensadas para la edición de poesía, queríamos evitar la partición de versos que, a nivel personal, me resultan incómodas.

Lo de la línea “gamberra” de los versos... no sé. Tenemos únicamente 11 libros publicados pero son suficientes para ver que nos gusta la poesía sin etiquetas, nos encontramos a autores que tratan la palabra con enorme exquisitez, otros más experimentales y otros que utilizan versos directos. No tenemos línea definida, solamente publicamos buenos libros, al menos lo intentamos.

¿Creen que es esto lo que marca la diferencia de su propuesta con la de otras firmas? ¿o es otro su estandarte o lema editorial?


Cada editorial tiene su propia filosofía, su propia forma de actuar. Esto al menos es lo que debería ser. Nosotros somos como somos y queremos que se represente en todo lo que hacemos.

Y siendo sus autores grandes convocadores de público en lugares de ocio alternativo ¿estamos ante una revolución del mundo de la poesía pasando de “pobres bohemios” a “estrellas de la bohemia? ¿tiene algo que ver en esto la “nube” (Internet) y las redes sociales, blogs, etc.?

Algunos de nuestros autores, como otros muchos poetas, son grandes convocadores de público porque a la gente le interesa lo que hacen y como lo hacen. Sin embargo no se sienten estrellas de nada. Cuando les llamamos para participar en algún recital están dispuestos aunque no sea el plan que más les apetezca, pero ellos apoyan a la editorial como la editorial les apoya a ellos, y todos estamos dispuestos a ayudarnos para que el proyecto común siga su camino. Sin el esfuerzo de nuestros autores YLDCP habría desaparecido hace mucho tiempo, por eso está editorial es suya y de nadie más.

Algunos de nuestros autores son tímidos y, casi, asociales, personas que les cuesta hablar en público (lo prometo). Gente que utiliza la poesía por necesidad y no como fin para conseguir ser reconocidos por la calle. Por encima del poeta está la persona, así debería ser.

Internet es una herramienta indispensable para las pequeñas editoriales, no sé como lo harían hace 20 años, pero ellos no saben lo que les admiro. Somos unos afortunados en ese sentido.

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