Para muchos pudo ser una sorpresa
leer o escuchar que Maraya Medina Roque publicaba un libro. No para mí. Por
suerte esta artista, esa mujer creativa, me ha demostrado una y mil veces su
polifacética capacidad. Y concretamente de su literatura había tenido buenas
muestras a lo largo de los años.
Este libro, << Bleach
>> que nace como una recopilación de nueve relatos, se constituye con un gran
exorcismo en tiempos de interior. Un exorcismo pues toda literatura y creación
lo es, de alguna manera. Recoge los miedos, las pasiones, los traumas o las
preguntas más personales, y las transformas debidamente, con contundencia y
belleza, en universales, para verlas alejadas de sí misma, y así también
mirarlas con distancia, comprenderlas y salvarse. Así parece que podríamos
definir el proceso creativo. <> toma además esa idea desde su
título, pues lejía, que es la traducción, es en si un producto de limpieza, de
desinfección, que bien podría ser un exorcismo químico.
Sorprendentemente son nueve
relatos, y no creo que casualmente, el número nueve es para la simbología
arcaica y para muchas tradiciones que todavía permanecen, el número de la
sabiduría, la sensibilidad, la observancia y el renacer. El gran arcano o el ermitaño.
Nuevamente un exorcismo y de interior.
En este libro, publicado con
acierto por Libros Indie, se reconoce a Maraya Medina Roque en muchas de sus
pasiones, de sus anhelos, también de sus miedos o de sus experiencias. Se
reconocen sus gustos. Se lee su piel y su alma con detalle. La oscuridad, la teatralidad,
lo siniestro, lo gótico, también lo festivo, hasta lo surrealista o dadaísta, o
lo erótico. Nada falta en las aristas de este fantástico y poliédrico cuerpo
literario.
Pero no se equivoque el lector,
hay mucho más en este libro que un ejercicio creativo o un esfuerzo narrativo.
Hay herida y hay cura, hay dolor y hay llanto, hay desgarro y mancha eterna.
Uno de los relatos pesa sobre todos y ocupa mucho más. << Blanco
mancillado. Confesiones a un ser muerto.>> parece llenarlo todo,
desgarrar hasta el aliento, y completar una geografía vital de los restos de
los naufragios y batallas personales con el pasado, el mundo, los otros y la
propia esencia.
Les debería advertir de muchas cosas más, y resaltar otras
tantas. Pero perdería todo el sentido su lectura. Cada vez más apuesto por las
reseñas breves pero que se vuelquen en el sentir del lector antes que en el análisis
literario, a fin de cuentas, yo no soy un crítico, soy un lector cercano que
disfruta de ver amar la literatura
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