domingo, 4 de julio de 2010

Este tiempo de trajes nuevos de emperadores; comentarios coléricos sobre “los jóvenes poetas” para El País



He preferido elegir este verso de Antonio Orihuela con el que termina un poema tremendamente crítico con el progresismo como moda y todas sus pútridas derivadas, pero muy especialmente, con los imperios terrenales que sobre ideologías antiimperialistas se asientan. Estos pueden ser de todo tipo, informativos, culturales, sociales, económicos, políticos, etc. Cualquier faceta vital está abierta a la creación de un “lobby” que, aparentemente, lucha contra lo mismo que corre por las venas de su dictadura.

El pasado domingo el diario “El País” nos despertaba con un titular en su sección de cultura: “Poetas de aquí y ahora”. Con éste el diario pretendía presentarnos en sus propias palabras a “Una brillante generación de jóvenes poetas ha tomado el relevo de la palabra. Son curiosos, ambiciosos y eclécticos. Esta es la gran primera hornada del siglo XXI en España.” Con este encabezado, uno hace memoria y pretende leer los nombres de los últimos vates que han recibido los más recientes premios de poesía joven en España, cuestionados o no, como el Fundación Loewe, Fundación Gloria Fuertes, Adonais, Fundación Miguel Hernández, etc. Quizás, incluso, teniendo fe, a riesgo de caer en el mayor de los descreimientos y ateísmos informativos, sueña con encontrar otros autores de reciente lectura pero que todavía no están en la nómina del parnaso publicitario.

Pero pocas sorpresas veo, ninguna quizás. Un grupo de poetas, entre los que creo reconocer a tres o cuatro de la generación del 75, es decir con 35 años; uno de la generación del 70 o anterior; y una del 85 totalmente desubicada en ese entorno, pero perfectamente señalada y protegida. Una estética “a la limón” por el que urbanitas acostumbrados a los “palacetes culturales” y las buenas “limosnas” hablan de lo importante o interesante que resulta para ellos la naturaleza. Poemas encajados, casi a machete, en la temática pretendida; y vestuario a mezcla entre principios de siglo y orfanato, nos demuestran lo actual de aquello que dijo un día un pseudo-escritor y que todavía nos hierve la hiel: “la poesía es ante todo artificio”.

No quiero pecar de colérico al ver que, poetas que superan cualquier consideración de jóvenes, se dejan llamar jóvenes como adjetivo de renovación o casi revolución mal digerida; y mucho menos, hacerlos responsables de la redacción del reportaje que, a falta de carne, juguetea con los huesos de cuatro principios torpemente diseñados para una generación indefinida. 

No son los únicos de su momento, y bien se podría ampliar la “selecta excursión de boys scouts poéticos” a un buen número de poetas que a todos nos vienen a la cabeza.

Este tiempo de trajes nuevos de emperadores que a algunos nos hizo compleja la digestión informativa del fin de semana.







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