domingo, 1 de agosto de 2010

A los ojos de ... Santiago Gil






Nadie llega a ser diáfano.

Ni siquiera tú, amada, eres diáfana.
Puestos a vivir somos inevitablemente sombríos
y acabamos ocultos bajo nuestra propia silueta.
Sólo soñamos con la calma y la armonía.
Pero respiramos. Necesitamos el oxígeno,
Ese mendaz veneno mezclado de azar y de intemperie.

El poema Diáfanos de tu último libro, Una noche de Junio (Accésit del Premio Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria 2009) me deja una sensación de derrota, de haber perdido cualquier batalla, cualquier tipo de esperanza, hasta el punto de tratar el oxígeno como un veneno, y tratar la silueta como una avalancha de ruina, como una sombra homicida.

¿Cree Santiago Gil haber perdido todas las batallas?  

No hay batalla que valga cuando estás derrotado de antemano. Lo único que nos queda es vivir intensamente para compensar el olvido que se espera luego de nosotros.  El destino está en manos de ese azar con el que acaba el poema, y siempre estamos a un paso de esa intemperie metafórica que es la soledad. Pero la vida también es milagro, y está el amor y están las palabras, y tenemos ciudades inolvidables, paisajes que nos emocionan y momentos en los que nos sentimos dioses. Cada día es una aventura irrepetible. Lo menos importante es ganar o perder. Y si perdemos siempre nos queda la palabra.

¿Cuáles ha perdido? 

Perdí la bendita inocencia de la infancia, pero no toda. Intento mantener siempre a salvo la capacidad de sorprenderme. De todas formas no cambio este día por ningún otro que haya vivido o que me quede por vivir. Mientras esté con vida y esté sano no puedo reconocer ninguna derrota. Si lo hiciera, traicionaría al destino que me cobija.

¿En cuáles no pretende luchar? 

En cualquiera que tenga que ver con la mediocridad y con los vuelos alicortos. Me conformo con un paseo diario por la playa, con la cercanía de la mujer que quiero y del perro que me acompaña, con un par de libros, con escribir, que para mí es una terapia necesaria para saber que no estoy perdiendo mi tiempo, con practicar algo de deporte, con tomar un buen vino, con escuchar música, con viajar y también con compartir buenos momentos con los tres o cuatro amigos que conozco o que me quedan por conocer. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario