lunes, 16 de mayo de 2011

democracia de medio pelo






Hablamos de una consolidada democracia tras treinta años de su inicio en nuestro país. Un sistema que nos ha dado los mejores años de prosperidad, libertades y mejoras en todos los ámbitos, pero que sin duda se nos queda cojo cada dos por tres.

La clase política actual se ventila el pastel sin invitar. Ellos parten y reparten todas y cada una de las migajas del sistema, lo vapulean a su antojo, saltándose las normas ebrios de trampas y "trapicheos", mientras nos mueven como masas "zómbis" con mítines vacíos de contenido, pancartas, visitas cada cuatro años, promesas repetidas en cada una de las convocatorias a urnas, y lo que peor resulta, permitiendo que quienes han demostrado no jugar limpio, continúen en la mesa, con una baraja entera en la manga. 

Y no hay vergüenza ni se les pega. Una especie de plaga de indiferencia crecida parece llenarles el buche y son capaces de defender lo indefendible, creer sus programas - aunque ellos mismos los incumplieran la última vez que los publicaran - y crear una legión de seguidores capaz de dejarse la piel y la dignidad por un líder sin carisma, o lo que es peor, sin nada por lo que debiera ser líder.

Pero aun así, cada cuatro años, alguien pierde las elecciones y se eleva otro para superar con creces a su predecesor en mala gestión, desacierto, artimañas e ignorancia. Estamos en próximos a la fiesta de la democracia, pero vamos a ver si por una vez, dejamos de "bailar con la más fea". 

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