La Hamaca de Lona se recoge en su número 28

Juan Antonio Mora cree en la poesía y en los poetas. Ama las conversaciones cercanas, la amistad generosa, la complicidad, lo sincero; y se desilusiona con los golpes en el costado que la vida y quienes la "malviven" le asestan de vez en cuando. Es hombre y cree en el hombre; un pecado que lo convierte en un ser excepcional. En un ejemplo para muchos. 

Tras muchos años cierra con el número 28 la revista que dirige y financia, porque sacrifica por la poesía y los poetas, La Hamaca de Lona. Una edición cuidada y mimada que ha dado cabida a un sin fin de poetas de todas las generaciones presentes y pasadas, sin más intención que crear un espacio común y habitable para la palabra y quienes la nutren y la paren. 

En este número, que hoy recibo de sus manos, en una tormentosa tarde madrileña, ha tenido el detalle de incluir dos poemas míos, trabajos inéditos de los últimos meses en los que he ido ahondando en temátícas duras, confesionales, destructivas, críticas, y que ya en esas dos muestras se atisba. Suerte que además comparto con otros amigos como Begoña Abad, Maria Luisa Balda, Matias Escalera, etc.

Les invito a conocer a este poeta comprometido y libre, construido y proyectado en la verdad, que respira, vive, cree y es poesía.