martes, 23 de agosto de 2011

La Maldición del Negro, de Julio González Padrón






(texto de la presentación de la novela en el Círculo Mercantil de Las Palmas de Gran Canaria)




Imagen: Radioaventura.com
Muy buenas tardes a todos,

Celebro y agradezco que hoy estén aquí acompañando y festejando con Julio González Padrón uno de los momentos más ilusionantes y gratificantes de su vida, que no el único, como es el hecho de ver ya, físicamente, a ese literario hijo, deseado y esperado por él y por todos nosotros.

Reconozco que cuando recibí en mi correo electrónico el archivo de la novela, y me llamó Julio para pedirme que la leyera y le hiciera el prólogo, estuve nadando entre dos sentimientos: el pudor y la sinceridad.

El segundo de estos, la sinceridad, es un bien preciado pero poco cosechado en estos tiempos. Tomar un texto, con la carga emocional con la que Julio hace las cosas, y saber que tenía que opinar sobre éste, me generó una increíble congoja. Pero sin duda solo había una opción para quienes creemos en esto: ser absolutamente constructivo, objetivo y crítico en nuestro parecer.

El pudor era quizás un peso mayor, ya que no resultaba fácil hablar y firmar palabras sobre la obra de mi tío, cuestión que he hecho en algún momento, pero a la que no me acostumbro.

Leí el texto en apenas unos días y ambos sentimientos se diluyeron. No eran necesarios. El regusto de una lectura dinámica, rítmica, bien enlazada y perfectamente construida, no permitía nada más que el elogio.

’ ¡ATÚ ENEKARÄ UTALI  WUACURA SELLIN OTRU  BAWA!’  (Vivirás eternamente hasta que todo lo blanco se cubra de negro). Esa maldición condena a nuestro protagonista, el capitán de barco Julián Smith y sirve como línea argumental para recorrer la historia que narra Julio González Padrón en la presente novela.

El autor de Cuentos, Refranes y Poemas de la Mar (Marge Books, 2010) y Las Palmas de Gran Canaria; nuestro Puerto y nuestra Ciudad (Marge Book, 2007) nos presenta ahora su primera obra narrativa. Cuenta la historia de una importante saga de marinos y navieros que renacen desde la ruina con un viaje a América para la venta de esclavos africanos que marcará el devenir del personaje principal y sus descendientes.

El mundo del mar y del puerto, que este marino mercante conoce excepcionalmente bien, se entremezcla con buenas  dosis de la historia de finales del siglo XIX y el siglo XX, con un gran esfuerzo didáctico, que favorecen el viaje del lector a lo largo de los tiempos de la novela. Los cambios en las costumbres de la navegación, los avances en la construcción de los navíos, el variable entorno sociopolítico de la España del XX, la idiosincrasia y excepcionalidad canaria de la época y, por supuesto, la guerra entre los principios y la supervivencia, son algunos de los entornos en lo que esta novela navega con total tranquilidad y equilibrio.

González Padrón cuenta como nuestro protagonista, Julián Smith, de familia Riojana e inglesa, parte desde Cádiz, tras un fatídico suceso, con destino a América con el fin de obtener una importante suma de capital que le permita refundar la firma naviera Smith e Izquierdo junto a su tío y su sobrino. Un periplo que nos hace encontrarnos por primera vez en la historia con las Islas Canarias, espacio narrativo en el que se desarrollará gran parte de la novela. Ese último “barco negrero”, justo antes de la abolición de la esclavitud, y por tanto de la prohibición de ese tipo de negocios, creará el primer de las confrontaciones morales de J. Smith quien, como masón, no puede en ningún caso aceptar la esclavitud de un hombre, ni la supeditación de este a otro. Una serie de acontecimientos, entre los que se encuentra el que da nombre a esta obra “La Maldición del Negro” cambia por completo los planes de este capitán, quien pronto se ve con una importante suma de dinero y multiplicando las naves y el negocio de su naviera.

Establecido una vez en Canarias nuestro protagonista, González Padrón comienza a narrar con detalle las peculiaridades de las costumbres sociales que, por aquel entonces, reinan en las islas. El peso de la colonia británica, el incipiente Puerto de La Luz, el negocio de la exportación, y el Alzamiento Militar del 36, son algunas de los espacios y tiempos que nuestro autor toma para su historia, pero que a su vez no quedan libres de análisis, y en algunos casos, de valoración certera.

De narración ágil, con un encanto especial para los amantes de las aventuras y para los interesados en la historia del último siglo, esta novela demuestra que González Padrón tiene un don innato para contar historias de forma atractiva y didáctica. Lejos de quedarse tan sólo en una novela entretenida, este humanista busca entre las líneas de las vidas de sus protagonistas una forma, en algunos casos, casi iniciática, de recorrer los principios que todo hombre de honor y libre debe tomar como equilibrio para su arquitectura vital y social.  Toma especial interés que la historia llegue hasta casi nuestros días, por lo que gran parte de los acontecimientos que enmarcan la narración son en parte hechos que para todos son reconocibles, por lo que, cuanto más se acerca el final de la historia, uno parece convivir con sus personajes.

El mar, la venganza, el amor, las supersticiones, las guerras ideológicas, las crisis económicas, la aventura, tiene su espacio en las páginas de esta fantástica novela de Julio González Padrón, que promete grandes dosis de entretenimiento, aprendizaje sobre la reciente historia, y por supuesto, un ineludible taller de enseñanzas.

Así dicta el prólogo de esta novela que Anroart Ediciones, acertadamente, ha querido tener entre su catálogo, y ha cuidado muy especialmente. Las ilustraciones de Luis Arencibia, como la que podemos ver en la portada, con la rotundidad, energía y tenebrosidad de sus trazos e imaginario personal, delimitan un escenario, un paisaje necesario, para esta novela. Igualmente, la serenidad y nitidez de la obra de Francisco N. Noguerol, son un interesante contraste para las calmas que también tiene la narrativa de la presente novela.

Y es que hoy la narrativa canaria está de enhorabuena. Son muchos los títulos publicados por las principales firmas insulares que toman algunos géneros poco tratados en nuestra literatura insular. La novela negra, la narrativa de acción, histórica o de aventuras, son algunas de las fórmulas que nuestros autores están sabiendo llevar a cotas importantes de éxito y lectores. Pero sin duda la lectura que nos propone Julio González Padrón, La Maldición del Negro, aúna entre sus páginas un buen número de estos nuevos géneros, con una destreza y maestría que no es ni mucho menos la habitual entre quien presenta su primera obra narrativa.

Felicitar a Julio, celebrar con todos ustedes esta magnífica publicación, agradecer a Anroart Ediciones la oportunidad de tenerla en nuestras manos, al Círculo Mercantil por cedernos el espacio, y por supuesto, hacer prometer a nuestro autor, que esto no va a quedar aquí.

Muchas gracias,

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