lunes, 9 de enero de 2012

¿perdemos mucho si se va?






Lucía Echevarría saltaba a la palestra, una vez más, por algo que no es en sí su propia creación literaria. Amante, o sencillamente habitual protagonista de polémicas, volvía a las portadas de los diarios y revistas culturales por unas supuestas declaraciones suyas en las que anunciaba "que dejaba de publicar porque había habido más descargas de su obra que ejemplares vendidos". 

Hay quien ya rumorea que ha sido más incidiosa la intención de quienes han tomado y extractado las declaraciones, que la propia de la autora, quien sólo reclamaba atención ante un problema, que como el otro día indicaba un buen amigo "ya nos iba tocando a los escritores sufrirlo".

Efectivamente es un problema grave, que no atañe sólo a la cultura, pero que también nos circunda, el de la piratería, y que pone en jaque el trabajo realizado y "las ganas de continuar". Quizás eso afecta mucho más a los afamados, que a los que casi rozamos el anonimato; como duele a quienes de esto comen, y no a quienes tan sólo disfrutamos, y no por falta de ganas de alimentarnos de la palabra.

Se debe trabajar para luchar contra todo tipo de acciones "no éticas" al igual que se debe desde la cultura evitar principios generalizadores, como los que respiraban algunos cuando la creación del cannon, por fin depuesto, o de la Ley Sinde que vuelve a tomar alas. Luchar sí, arrasar no.

El otro día en relación a esto me preguntaban en una entrevista en radio "¿Qué piensas sobre la idea de que la cultura tiene que ser gratuita?" a lo que respondí "Si crearla lo fuera, el resultado debía serlo. Si tener un libro entre las manos no llevara detrás una fabricación, una promoción y una creación; el resultado debería serlo. Es más, la cultura siempre es gratuíta, lo que no lo es, son los productos culturales"

El problema de declaraciones como las de la novelista, si es cierto que eso dijo, es que uno se hace esclavo de sus palabras, o lo que es peor, de sus coherencias e incoherencias. Al igual que Alejandro Sanz tuvo que callar cuando afirmó "que si .... x personas le pedían que dejara de cantar, lo haría" y se recabaron esas firmas, L. Echevarría se vería en una interesante tesitura, si habiendo abandonado la literatura, volviera a publicar. De todas formas, y con todos mis respetos, no la echaremos de menos, pues habiendo intentado leer algunos de sus libros, no he conseguido encontrarle interés a casi ninguno de las últimas hornadas. Espero que sea una decisión propia, una baja voluntaria, y uno una pataleta ante el rechazo del mercado editorial.



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