sábado, 26 de mayo de 2012







Me pesan demasiado los gerundios
y retorcer el cuello a los futuros imperfectos,
se ha convertido en rutina.
El argumento para continuar bailando al son de las tormentas
con una coreografía angulosa,
es ya una raíz seca envenenada de asfalto.

Comienzo a temer que esto, que parecía necesario,
que nos llenaba las horas de preguntas
arrastrando la mente al caos o lamiendo al mundo las heridas.
Insisto, esto que tenía un sentido,
o alguien nos lo pesó en importancia,
no vale más que un masturbatorio ejercicio, un placebo,
la contorsión hipnótica de los sentidos.

No sé si hay hueco para nosotros
ahora que no damos respuestas
a un mundo que comienza a estar harto de los espejismos.

Luis Antonio González Pérez (Mayo 2012)

No hay comentarios:

Publicar un comentario