jueves, 24 de enero de 2013






No todo es caos en este silencio acompasado.
El abismo agota su oscuridad y emerge luz de entre los ecos
como crepita el insomnio o la soledad recostada al borde de la mesa.
Puedo dejar de escribir y tan sólo sería uno más
acallando preguntas, salvando espacios en blancos
que no mancharan mis hastíos y reproches.
Puedo seguir escribiendo para que no me sobreviva
ni tenga más cadencia, más peso muerto,
ninguna batalla perdida de antemano.
Para que nadie crea que en mis manos está lo que importa,
para todos puedan creer que no hay nada en mis manos.

Luis Antonio González Pérez (24 de enero de 2013)

No hay comentarios:

Publicar un comentario