sábado, 18 de junio de 2011

La fiesta creativa de Roberto Jacoby


Visitando la muestra que por estos días expone el Museo Reina Sofía de Madrid sobre la obra de Roberto Jacoby, uno es invitado a entrar de lleno en el espacio y tiempo creativo del artista. Así está concebida una de las primeras salas en las que te adentras de lleno en lo que el argentino quiso construir como hábitat del arte, una reproducción del mismo habitad en el que éste y otros tantos artistas del momento generaban y asistían a los partos más relevantes en las nuevas formas de ver la creación.

En la siguiente sala un irreverente Jacoby insulta al mundo y sus banalidades con rimas casi colegiales cargadas de mensajes inconformistas y duramente críticos. Una mole apisonando la mirada, transformando tabloides de la época en pancartas de una personal manifestación revolucionaria.

Así mismo, disfrutando del excepcional espacio de las bóvedas del sótano del centro museístico, un una propuesta filmográfica nos propone una reflexión sobre el pacto microsocial de convivencia entre Jacoby y Krochmalny basado en la castidad. Todo un diálogo cargado de transmutaciones interesantes de la verdad social que nos preguntan ¿por qué no popularizar la castidad? ¿Por qué tiene que ser elitista? ¿A caso no es bueno todo lo que pertenece a un reducido grupo de personas? Sorprendente.

Sin dejar ese mismo espacio, y habitando una sala oscura con pequeños videoartes, una muestra realizada para un único espectador, nos descubre a seres que transitan en una decena de pantallas, realizando desde prácticas sexuales simuladas o danzas. Seres cubiertos con túnicas y unas cabezas esféricas que nos muestran unas formas espectrales recorriendo nuestro alrededor a oscuras.

Cuando uno se enfrenta a veces con la obra de algún artista del momento con demasiadas prensiones de ser “algo distinto”, el encuentro con creadores como Jacoby me recuerdan que ya está todo hecho, o casi todo, por darle algo de ilusión a los talleres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario