Sabas Martín entrega hoy al público lector su “Fe
Debida; Antología poética 1978-2011” y en el propio libro, en su texto
introductorio, nos presenta su ser poeta: “yo
estoy con esos poetas que pretenden abrir sendas e inaugurar mundos; que
exploran, transitan y acuden a nuevos horizontes por alcanzar”. Este
extenso volumen es fiel reflejo de esa pasión y entrega del autor por el
atrevimiento y la diversión, incluso, de la búsqueda constante de algo más y
algo nuevo. En cada libro descubrimos un autor que no sigue lo que su
generación dicta, ni lo que sus contemporáneos imprimen. Intenta caminar en una
personal batalla contra la rutina, la aceptación o el conformismo.
He de advertir antes que nada, que creo
evidentemente innecesario hacer recorrido biográfico o de méritos y premios
sobre Sabas Martín, pues lo que nos mueve hoy es la poesía, y por ella misma se
define, presenta y defiende. Ahorraré por tanto el tiempo dedicado a lo que
para muchos es conocido, para mí es absolutamente admirable, y para el resto
fácilmente localizable por un sinfín de medios.
Nos adentramos por tanto en la obra y comenzaremos
con la selección del libro titulado “Títere sin cabeza”. Sin duda nos llama la
atención y se nos quedará en la memoria aunque avancemos en el libro el poema
“Sabas Martín, natural de una tierra”. Una definición del autor al tiempo que
declaración de intenciones temprana, temas ambos que se repetirán alguna que
otra vez a lo largo de su obra.
Con el debido
respeto y sin ánimo de ofender EXPONGO (dos puntos)
a)
QUE
soy feliz cuando me detengo, miro al mundo y aun sonrío.
b)
QUE
soy consciente de mis limitaciones.
c)
QUE me
callo a tiempo y escucho.
d)
QUE
intento conocerme a mí mismo.
e)
QUE
contemplo largamente el sol, las nubes y los pájaros en el cielo.
f)
QUE no
exijo nada a cambio
g)
QUE no
vivo deprisa
Para no morir
demasiados antes.
OTROSÍ: h) QUE bienaventurada la
imaginación.
El poeta se descuelga con esta brillantez de lo
sencillo y directo, de la confesión certera de sí mismo, sin pudor, pero
tampoco pretensiones. Sin duda es este un poema genialmente diferenciado del
resto de libro.
Son los otros poemas seleccionados de esta obra,
una muestra de una reflexión honda del poeta y con una composición diversa.
Juega con el espacio de la página, con la palabra, con imágenes imposibles y
con la variabilidad de la lectura, porque en su caso, la ausencia de puntuación
en el verso es una oportunidad de multiplicidad de significado e intención, y
no un entorpecimiento para el lector. Destacaremos entre ellos la capacidad de
sentencia o profundidad en sus versos como el cierre del poema “A modo de
epílogo y vuelta a empezar?”.
y si yo te dijera que el
presente es
solamente
solamente
solamente
un
realquilado de la espera.
Pasan casi diez años rápidamente en una página del
libro, y nos encontramos con “Indiana Sones” en 1987. Un libro donde la música
de jazz, el cine, sus personajes toma fuerza y matiz, razón o excusa para
exquisitas composiciones. El poeta retoma su gusto por los finales potentes y
hondos de los poemas, por la sentencia que queda tras el cierre de las páginas.
Por aquella universalidad versada que al lector le permanece días, tras haberse
encontrado con ella.
esta
civilización es apenas,
un inaudito hongo en guardia
un botón de flor fúnebre
y mentirosas
tarjetas postales mientras tanto
Muy destacable el poema “Los minutos contados”
donde Sábas Martín define el tiempo con potentes imágenes que mezclan la
belleza con el desgarro. Un tiempo que puede ser mar, música, o futuro. Incluso
un tiempo que puede ser:
la verdad de nuestro tiempo
que solo seis minutos tarda un misil
en dejar de ser peligro en ciernes
y cernirse
para
abatirnos
y despojarnos la vida
calavera
en vilo
con los minutos contados
como
sabemos.
Cruzamos la última página de la selección de este
libro, y recorremos toda una década de poesía en “Peligro Intacto”. Nos
encontramos con un poemario rico en ritmo. A pesar de la ausencia deliberada de
puntuación, constante en la obra poética del autor, los versos cuentan con sus
propios golpes de voz marcados y su melodía interna perfectamente definida. No
importa si se presentan directos o con encabalgamiento, compuestos en verso o
en prosa poética. Parece el autor tenerlo grabado en el oído. Juega de manera
aparentemente decidida, se nos antoja, con palabras esdrújulas y agudas. Puede
ser tan sólo un descubrimiento desacertado de quien les habla, pero parece una
recurrencia en muchos de los poemas seleccionados de esta obra.
Motín hacia
fierezas que germinen
dulce tajo de
viento
si no es
pérdida ni hora sumisa el lenguaje
si arde a
zarpazos recientísimos.
Cesen los
alegatos sin vértigo
Y el instinto
de la súplica y la gramática pasiva
La musicalidad y un cierto ritmo de dificultosa
lectura maridan consonantemente con una colección enriquecida de imágenes
poéticas. Han quedado atrás las imágenes de cierta modernidad urbana o
industrial, también las referencias a música o cine, para tomar fuerza las
referencias isleñas (mar, drago, etc.) y convertir, dentro de un discurso más
personal, con deguste de la palabra y la sonoridad, en composiciones como ecos
sonoros o murmullos perennes. Destacamos así el poema que da nombre al libro
del que leemos un breve extracto.
Ningún calor,
pálpito urgente,
vestigio que
roce o apacigüe.
ni palabra a
tientas para mansamente invadir
y anegar
la estéril
duración del cuerpo.
“Navegaciones al margen” es la siguiente obra incluida
en la presente antología, fechada en 1994. Quizás el libro más diverso en
formas con prosa poética o poesía en prosa, haikus y otras composiciones. Se
descubre en éste un poeta más cercano al mar y al origen geográfico, pero sin
que esto debilite de alguna forma el mensaje de universalidad y la lúcida
reflexión. Toma importancia la mirada, el lenguaje costero, y un eco de
modernidad con la referencia a la televisión, el automóvil o la radio en las
composiciones de inspiración oriental.
Haiku del
automóvil
Giran ruedas
y volante
sentado
el movimiento.
Pasarán dos años hasta que aparezca “Mar de
fondo” que retoma la imagen originaria a
modo de breves definiciones o reflexiones del recuerdo poético de la tierra
isleña. Así recorre el poeta en su personal reencuentro con el paisaje:
Obsidiana, tagoror, Garoé, altaha, sangre de drago. Toman en sí forma,
personificación del sentimiento y el latir del poeta, al tiempo que se explican
a sí mismo como horizonte común y memoria del autor. Sabas Martín, como muchos
otros poetas, toma al mar como un espíritu sempiterno y mutable, capaz de
formar parte del atrezzo de cualquier representación poética del estado, verbo
y silencio del poeta.
Las olas
demoradas devoran
la
presencia
una sombra
gastada sin rastro
prevalecerá
en vano
la desnudez
ciñe sella
el desafío
del espejo.
Llegado el nuevo milenio Sabas Martín retoma un
concepto poético omnipresente y de una gran potencia creativa “el nombre” en su
obra “Cuánto necesaria”.
EN LOS
LIMITES DE TU NOMBRE
Me aguardas
Igual que la
noche aguarda el día,
Igual que
desea el mar al horizonte.
Para tras unos años volver al lector con “La Luz
del Silencio” con una colección de prosas poéticas o poemas en prosa de gran
riqueza. Destaca en estas páginas un cierto eco o rumor perfectamente compuesto
entre las enumeraciones y el juego de las palabras. Una especie de marea baja,
cuasi calma, que mide el ritmo, cual oleaje, entre sus líneas. Pocas veces
quien les habla tiene tanta certeza en un texto en prosa, de estar frente a un
claro poema.
Solo una
quebradiza verticalidad, los jirones blancos, un fulgor inmóvil.
Aquí la luz
es fuego, el cielo incendio, hermosa y desolada soledad el silencio.
Posteriormente abriremos “La Espiral”, poemario
compuesto en 2006, donde Sabas Martín nos permite el fantástico placer de
degustar su peculiar visión del mar, la isla, y la condición insular del poeta.
No teme usar la fórmula de la oda, ni de la extensión amplia de sus
composiciones. El poeta se conoce y reconoce, se define, se confiesa y se
absuelve entre sus versos. Vuelve a tomar el mar a veces como excusa para
reflexiones más universales, sin dejar de ser el mar en sí una figura universal
por propio mérito. Destacaré un fragmento del primero de los poemas
seleccionados.
La vida es
carcoma de extrañeza
y yo me
reconozco isla extraña
desconociéndome
ajena
urdimbre
que me vive
tan remoto,
tan transido
al descubierto
y
vulnerablemente
aguamargo.
Más recientes son los dos últimos
libros incluidos en la antología “Sendas del Mirador” y “Ojos del Calendario”
que se nos antojan ambos, uno por propia definición del autor, y el segundo por
gusto de este presentador, cuadernos de viajes. Breves anotaciones poéticas,
casi a modo de Haiku, por aquello de la trascendencia filosófica sobre la breve
imagen natural. Delicadas composiciones de gran belleza que dejan ese regusto
posterior a su lectura como un bocado breve pero intenso de poesía.
Cascada
(La fortuna)
Abismo de
agua
en cola de
cometa.
El Trueno se
hunde.
O en el segundo de los libros mentados
Marzo
Contempla el
Teide
el camino del
bosque
hacia la
vida.
Y como regalo el autor nos deja
en las últimas páginas del libro algunos textos inéditos, entre los que
destacar unos divertidos versos titulados “Échale hilo a la cometa”
Axioma algorítmico: Se equivocan las palabras, no el buscador.
A fin de no extenderme en demasía,
dejar el tiempo al autor y su obra, pues son quienes importan esta noche, y que
mi amigo Pablo no deje de invitarme a presentar libros por esta suma de
páginas, tan sólo destacar de esta fantástica obra seleccionada de Sabas
Martín: Estamos ante la oportunidad de descubrir, volver a disfrutar, o
reconocer a un poeta capaz de escribir en conciencia y consecuencia. Confesar,
reflexionar, deleitar y criticar y ahondar en sus versos sin temor ni fuegos de
artificio. Podemos comprobar que el compromiso que el mismo autor nos deja
fijado en la nota introductoria, aquella de “yo estoy con esos poetas que pretenden abrir sendas e inaugurar mundos;
que exploran, transitan y acuden a nuevos horizontes por alcanzar” queda
ampliamente cumplida y resuelta entre estas páginas con certeza genial e
incluso divertimento, y que como el propio autor nos dice “ Sin embargo esa
pluralidad de voces que configuran mi discurso lírico se establece en unas
constantes identificables”. Es por tanto
un libro de múltiples ejecuciones, de variedad de lectura y atracción amplia,
pero con un definido código poético y una clara simiente común.
No hay comentarios:
Publicar un comentario